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Foto del escritorNancy Yadira Martinez (Yady Martínez)

Abuelita Ayahuasca

Actualizado: 22 abr 2021


Es tan antigua y tan ancestral que es una abuela con gran sabiduría, esto se ve reflejado en sus grandes consejos y asesoría, que da cuando comulgas con su espiritualidad.


La ayahuasca, es conocida y utilizada por los pueblos indígenas, quienes la consideran el espíritu de la naturaleza, el espíritu de la madre tierra, una planta maestra y sagrada en toda la extensión de la palabra.


La leyenda indígena dice que al principio de los tiempos, los dioses bajaron de los cielos y se condolieron de las enfermedades que aquejaban a sus pueblos y a su gente, en ese entonces los dioses, también llamados espíritus de la naturaleza, enseñaron a los chamanes el uso de las plantas y su preparación para curar las dolencias de los individuos de la tribu.


Se utiliza para purificar y sanar el espíritu, el cuerpo, la mente y las emociones a partir de la conexión con los mundos mágicos y espirituales en las que sumerge profundamente la Ayahuasca, se adquiere conciencia de la existencia y su verdadero significado.


La aubuela ayahuasca cura, sana, enseña, regaña de manera amorosa, nos enseña y nos guía a ser capaces de enfrentar nuestras dificultades y limitaciones.


Nos permite entender la relación armoniosa con la Madre naturaleza, con los demás seres y con el universo, así como reconciliarnos con nuestra propia existencia por difícil que sea.


La coccion resultante de cocinar la mezcla de dos plantas originarias del Amazonas, la enredadera de ayahuasca o yagé (Banisteriopsis caapi), una especie de liana, y la chacruna (Psychotria viridis) con agua durante horas ha sido utilizada desde hace miles de años por las tribus amazónicas con el objetivo de que los participantes en el acto encontraran el equilibrio y consiguieran la auto- sanación, ya que consideraban que las enfermedades tenían su origen en un desequilibrio espiritual, que se podía corregir con este tipo de ceremonias, que forman parte de la medicina tradicional amazónica.


Nuestra glándula pineal segrega de forma natural pequeñas cantidades de DMT, pero al consumir ayahuasca aumentan sus niveles en el cerebro se genera un estado alterado o ampliado de conciencia, que favorece la percepción de visiones; algo similar a lo que se experimenta en la fase de sueño REM, pero en estado de vigilia.




La ayahuasca se emplea en Perú -cuyo gobierno la ha reconocido como ‘uno de los pilares básicos de la identidad de los pueblos amazónicos’- para tratar la adicción a las drogas, a los medicamentos o al alcohol, por su capacidad para disminuir la ansiedad y el miedo y equilibrar el sistema nervioso. Además, se considera un potente relajante y se ha utilizado en el tratamiento de la depresión y el estrés postraumático con resultados satisfactorios.


Un ejemplo de ello es un estudio en el que ha colaborado el español Jordi Riba, doctor en farmacología y responsable del grupo de Neuropsicofarmacología del Instituto de Investigación Hospital de Sant Pau, y que se ha publicado en la Revista brasileña de psiquiatría. En esta investigación se administró ayahuasca a pacientes que sufrían depresión y que no habían respondido al tratamiento convencional, y que tras una sola dosis de la bebida, y a las pocas horas de su ingesta, mostraron una significativa mejoría que se mantuvo durante tres semanas.


DIETA Y OTRAS CONSIDERACIONES

Se recomienda cumplir como mínimo 3 días antes de la ceremonia de ayahuasca, una dieta libre de todo tipo de toxinas, medicamentos y alimentos procesados e irritantes, demasiado salados, dulces, picantes, ácidos y amargos.

Los alimentos con esas características que debe evitar son: carnes, bebidas alcohólicas, café, alcohol, golosinas, gaseosas, etc. Asimismo, debe evitar consumir alimentos y bebidas fermentadas, tales como: quesos añejos, vinos, carnes fermentadas, cerveza.

Se le recomienda que la misma dieta se mantenga por 3 días después de la ceremonia, para seguir recibiendo información de la ayahuasca.


LA CEREMONIA DE AYAHUASCA

La ceremonia dura aproximadamente de 4 a 6 horas, desde el momento de haber tomado la medicina ayahuasca, puede, aunque no en todos los casos presentar una “purga” vómitos, diarrea y/o llanto.

Las sesiones de ayahuasca van dirigidas a ser una experiencia de crecimiento personal y no deben ser consideradas un sustituto de la psicoterapia, más bien un trabajo complementario. El trabajo con ayahuasca puede implicar experiencias intensas acompañadas de liberaciones emocionales y físicas fuertes.


No se recomienda para personas con problemas cardiovasculares, hipertensión grave sin control, algunos diagnósticos de patologías psiquiátricas. Personas que toman antidepresivos o algún medicamento controlado. No existen datos sobre la seguridad de la ayahuasca en mujeres embarazadas.


Los efectos que produce la ayahuasca pueden incluir alteraciones en la forma de percibir la realidad, sensaciones de zumbidos en los oídos, visiones con motivos abstractos o imágenes nítidas claramente identificables, intensificación de las emociones, acceso a recuerdos que se creían olvidados, fenómenos paranormales, aparición de miedos o emociones difíciles que pueden ir acompañados de bloqueos en el cuerpo (dolores, piquetes, tensiones, etc.), modificación de la forma habitual de pensar, introspección, experiencias transpersonales o perinatales, donde uno podría sentir que experimenta su propia muerte y/o renacimiento, o este proceso en forma simbólica o abstracta.


En nivel físico puede experimentar náuseas, vómitos, escalofríos, hormigueo, mareo, diarrea, temblores, sudación, ataxia y, en raros casos, desmayo, también taquicardia, pero esto es comparable a correr y detenerse de repente.


Puede pasar, sobre todo en principiantes, no tener efectos visionarios, mucha gente puede creer que no le funciono, pero, siempre hay efecto, hay comprensión, reflexión, recuerdos, sensación de extrema relajación, paz y tranquilidad al final de la sesión.

El trabajo o las revelaciones, no son solo en esas horas, el cambio es constante en los días posteriores.


Con ojos cerrados la experiencia es más intensa que con ojos abiertos. Lo mejor que se puede hacer en los momentos difíciles es respirar lento y profundo, dejarse llevar por la música y tener confianza en el proceso que imprime la ayahuasca y en el responsable de la sesión.


La experiencia con ayahuasca no es lineal, más bien se atraviesan diferentes fases, algunas más placenteras y otras más dificultosas.


Cada sesión realizada es muy diferente, lo mejor es estar en calma, aceptar y dejarse llevar.


Se recomienda llevar ropa muy cómoda, tapete cobijas, almohada, antifaz, agua, pañuelos desechables o servilletas, una veladora para tus intenciones, una fruta.


Mira el siguiente video para que resuelvas dudas:





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